domingo, 18 de abril de 2010


Ojalá que no puedas besarla en la boca ni mirarla a los ojos, que sospeche que hay otra, que la arranco a tu vida lo que ella no puede, que le arranco a tu sangre lo que no se atreve. Ojalá que no puedas destapar la botella de ese vino caliente cuando duermas con ella. Estoy harta del trueque de la hipocresía, que despierta en su pensando en la mía. Ojalá que no puedas hacerle el amor cuando duermas con ella, ojalá que no puedas hacerle el amor, ojalá que no puedas. Ojalá que no pueda hacer que tu piel se agigante de sueños, que se muera de ganas, que no tenga consuelo, que le sangren las manos si acaricia tu piel o acaricia tu pelo. Ojalá que no puedas, lo que hacías conmigo, colgando en mi vientre te quedabas dormido, y en mi boca quedaba tu tibio calor y en la tuya quedaba mi loco sudor. Ojalá, ojala que no puedas, con tus celos de amante porque sé que en tu cama soy lo más importante. Ella se hace la tonta porque le conviene, se alimenta conmigo sino no te tiene. Ojalá que no puedas hacerle el amor cuando duermas con ella, ojalá que no puedas hacerle el amor, ojalá que no puedas…

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